La otosclerosis es una forma de pérdida de audición conductiva. Está causada por un crecimiento óseo excesivo sobre y alrededor del estribo del oído medio. Esto reduce la movilidad del estribo, lo que le permite conducir menos sonido. Es una enfermedad progresiva que hace que las personas pierdan audición lentamente y puede producirse en uno o en ambos oídos. Aún no está claro cómo empieza la otosclerosis ni por qué la padece una persona, lo que hace imposible su prevención. Sin embargo, a menudo existen tratamientos para mejorar la audición. En este artículo, te contaremos más cosas al respecto.
Otosclerosis en la cóclea
Además de la forma más común de otosclerosis, la del estribo, también es posible que se produzca en la cóclea. Entonces no hablamos de hipoacusia conductiva, sino de hipoacusia nerviosa. A esto también lo llamamos otoesclerosis coclear. Cuando el crecimiento óseo afecta tanto al estribo como a la cóclea, se produce una hipoacusia conductiva y una hipoacusia nerviosa.
¿Cuántas personas padecen esta enfermedad?
La otosclerosis se da en el 0,8-1,1% de la población blanca, y por término medio dos veces más a menudo en mujeres que en hombres. En la población de piel oscura, la otosclerosis es mucho menos frecuente, pero se desconoce el motivo. En Holanda, se producen entre 1.000 y 1.500 nuevos casos al año, y suele aparecer entre los 20 y los 40 años de vida. En el 70% de los casos, la enfermedad afecta a ambos oídos.
Diagnóstico de la otoesclerosis
La otosclerosis no es dolorosa, y no se nota hasta que el paciente experimenta pérdida de audición. Entonces, mediante una prueba de audición en el audiólogo, se puede diagnosticar la enfermedad. Entonces aparece una «muesca de Carhart» en el audiograma, un punto en el que el umbral de conducción aérea y el umbral de conducción ósea tienden ligeramente el uno hacia el otro. Esto es característico de la enfermedad. Si es así, el audiólogo te remitirá a un otorrinolaringólogo.
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Tratamiento en 3 etapas
Cuando se diagnostica la otoesclerosis, sigue una vía de tratamiento que suele constar de 3 etapas, debido a la progresividad de la enfermedad:
1. Esperando
Sobre todo al principio de la enfermedad, el paciente tiene pocas molestias. No es doloroso y la pérdida de audición es mínima. En esta fase, es cuestión de esperar y ver cómo y con qué rapidez progresa. Haciendo pruebas auditivas periódicas y analizando cómo cambia el audiograma, se puede trazar la progresión de la enfermedad y tomar medidas de seguimiento.
2. Un audífono, un implante coclear o un audífono osteointegrado
Cuando el crecimiento óseo ha progresado hasta el punto de provocar una pérdida de audición molesta, puede optarse por un audífono, un implante coclear o un audífono osteointegrado. La solución más adecuada depende del tipo de otosclerosis. Sin embargo, una solución de este tipo es temporal, ya que la enfermedad es progresiva y seguirá empeorando. Una solución permanente requiere cirugía.
3. Una operación
Cuando la espera y un audífono no aportan (ya) una solución, puede considerarse la cirugía. Ésta sólo puede realizarse en el estribo, sustituyéndolo parcial o totalmente por una prótesis. Esto permite que las vibraciones sonoras vuelvan a transmitirse mejor a través de la cadena ósea auditiva hasta la cóclea y que el paciente recupere una mejor audición. Si también hay otosclerosis de la cóclea, puede seguir siendo necesario un audífono.
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