¿Protector solar? Nos la aplicamos en masa. En cuanto aparecen los primeros rayos de sol, sacamos los frascos. Lo sabemos: el sol es maravilloso, pero también perjudicial. Así que protegemos nuestra piel, de forma preventiva y como algo natural. Pero, ¿por qué no hacemos lo mismo con nuestro oído?
La protección auditiva es al menos tan importante como la protección solar, y quizá incluso más. Porque mientras que la piel quemada suele recuperarse a los pocos días, el daño auditivo suele ser permanente.
En este blog, leerás por qué ha llegado el momento de que la protección auditiva sea tan normal como frotarse.
Daños invisibles
Lo que tienen en común las quemaduras solares y los daños auditivos es que no te das cuenta del daño hasta que realmente es demasiado tarde. Demasiado tiempo al sol sin protección provoca enrojecimiento, dolor o, en el peor de los casos: cáncer de piel. Demasiado tiempo al ruido fuerte o prolongado sin protección provoca daños auditivos, acúfenos (zumbidos en los oídos) o hipersensibilidad al sonido(hiperacusia).
¿La diferencia? La piel quemada se ve. El daño auditivo no. Eso lo hace más escurridizo e insidioso.
Audición: un sentido que no puedes arreglar
Tu piel se renueva constantemente. Incluso si te quemas una vez, la piel puede recuperarse (aunque un daño repetido sigue siendo arriesgado, por supuesto). ¿Pero tus nervios auditivos? Esos no se recuperan. Los cilios dañados del oído interno no vuelven a crecer. Así que el daño auditivo suele ser permanente.
Por eso es tan importante la prevención. Igual que te engrasas para evitar las quemaduras solares, debes protegerte las orejas antes de que se produzcan daños.
El sonido está en todas partes, incluso cuando no te lo esperas
Puedes sentir la luz del sol en la piel. Lo notas inmediatamente cuando te quemas. El sonido, en cambio, es menos tangible. No lo sientes, no lo ves. Sin embargo, su efecto puede ser igual de destructivo.
La música alta en un festival, una noche en el bar, el estallido de los fuegos artificiales, un partido deportivo, el ruido de un paseo en moto o incluso el sonido penetrante de una aspiradora o un soplador de hojas: tu audición a menudo recibe una paliza más dura de lo que crees.
Y como ocurre con el sol, lo que cuenta es la dosis. No tumbarse al sol una hora una vez o ir a un concierto, sino la exposición repetida sin protección: eso causa daños.
Pero… ¿no es incómoda la protección auditiva?
Admitámoslo: la gente suele decir lo mismo del protector solar. “Pegajoso”, “rayas blancas”, “siempre me olvido de él”. Sin embargo, lo hacemos, porque conocemos los riesgos.
Lo mismo ocurre con la protección auditiva. Sí, los tapones deben ajustarse correctamente. Sí, puede costar acostumbrarse a ellos. Pero hoy en día hay para todos los gustos: desde tapones universales para la música hasta protectores auditivos a medida, con filtros que dejan pasar bien la música o el ruido ambiente, pero amortiguan los picos dañinos.
Una protección auditiva bien ajustada es cómoda, apenas se ve y te permite disfrutar del sonido, sin sus efectos adversos.
¿Qué es realmente demasiado alto?
Sólo una comparación, basada en decibelios (dB), la unidad utilizada para medir la intensidad del sonido:
- Conversación normal: 60 dB
- Calle concurrida: 70-85 dB
- Fiesta de la música/concierto: 95-110 dB
- Explosión de fuegos artificiales: hasta 150 dB
Todo lo que supere los 80 dB es perjudicial a largo plazo, sobre todo con una exposición prolongada. Y a partir de 100 dB, incluso unos minutos (!) sin protección pueden bastar para causar daños permanentes.
Compáralo con una intensidad solar de 8 en una tarde de verano. Estarías loco si no te frotaras, así que ¿por qué dejar tus orejas sin protección?
No es un “problema de viejos”
Otra idea errónea persistente es que los daños auditivos son sólo cosa de ancianos. Es incorrecto. Cada vez más jóvenes tienen problemas de audición precisamente por el ruido excesivo de su vida cotidiana: música a través de auriculares, festivales, ir a discotecas, podcasts al máximo volumen.
La OMS (Organización Mundial de la Salud) advierte incluso de que más de mil millones de jóvenes corren el riesgo de sufrir daños auditivos debido a un comportamiento auditivo inseguro. Así que la prevención no empieza sólo a los 60, sino mucho antes.
La protección auditiva es tan responsable como la protección solar
Engrasarse está ya muy arraigado. En las escuelas, en los clubes deportivos, en los campings: en todas partes se insta a los niños a engrasarse. Incluso hay postes para las quemaduras solares en la playa. Comprendemos la importancia de la protección de la piel.
Ya es hora de que la protección auditiva sea igual de natural. Un juego de tapones para los oídos en tu bolso, igual que llevas protector solar. Acostumbrar a los niños a llevar protección auditiva en festivales o fuegos artificiales. Concienciar a los jóvenes sobre hábitos de escucha seguros. Y sobre todo: normalizar la conversación al respecto.
Consejos para proteger mejor tu audición
¿Quieres que la protección auditiva forme parte de tus hábitos diarios? Aquí tienes algunos consejos:
- Invierte en unos buenos tapones para los oídos. En lugar de tapones de espuma de bricolaje, usa protectores auditivos especiales con filtros musicales o hechos a medida.
- Utiliza limitadores de volumen. Muchos smartphones tienen ajustes que te permiten limitar el volumen máximo.
- Dale un descanso a tus oídos. Después de un acontecimiento ruidoso, tus oídos necesitan tiempo para recuperarse. Entonces, el silencio es oro.
- Fomentar la protección en los niños. Empieza de pequeño. Los protectores auditivos para niños vienen en colores divertidos y están adaptados a los oídos pequeños.
- Haz que sea normal. Háblalo con amigos o familiares. Al igual que la lubricación, esto también debe discutirse.
En conclusión
El daño solar y el daño auditivo pueden parecer cosas completamente distintas, pero tienen más en común de lo que crees. Ambos suelen ser irreversibles, ambos empiezan sutilmente y, para ambos, más vale prevenir que curar.
Así que: pon tapones para los oídos de serie en tu mochila, así como protección solar. Porque tu oído es tan vulnerable como tu piel. Y al menos tan valioso.
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¿Tienes alguna pregunta? Estaremos encantados de ayudarte.
