Después de unas largas vacaciones de verano, siempre cuesta un poco adaptarse: nuevo profesor, una clase diferente, nuevos compañeros y… los exámenes de principio de curso. Para muchos niños, esto puede ser muy emocionante. Pero lo que a menudo se subestima es que concentrarse en clase puede ser un gran reto. Piensa en ruidos, sillas que crujen, compañeros que lloriquean o el repiqueteo de los lápices: todos pequeños ruidos que, sumados, pueden distraer bastante. Como padre, naturalmente quieres que tu hijo se sienta cómodo en la escuela y pueda concentrarse en la clase. Pero, ¿cómo puedes ayudar?
En este blog hablamos de por qué a veces cuesta concentrarse, cómo ayudar a tu hijo y qué ayudas -como orejeras especiales para niños- pueden marcar la diferencia.
Por qué a veces es difícil concentrarse en clase
Concentrarse en una clase llena de niños no siempre es fácil. Los niños tienen ya de por sí una capacidad de atención más corta que los adultos, y cualquier distracción puede ser un desencadenante para que sueñen o se tambaleen. Piensa en ello:
- Ruido de fondo, como sillas moviéndose o un pasillo concurrido
- Susurros de compañeros de clase
- Pruebas emocionantes que causan estrés adicional
- Demasiado estímulo de carteles, colores y movimiento en el aula
Algunos niños son muy sensibles al ruido y a los estímulos. Para ellos, la combinación de presión escolar y ruido puede causar fatiga o incluso frustración.
Pruebas al inicio del curso escolar
Cada vez más escuelas empiezan el curso con pruebas para medir el nivel de los alumnos. Esto tiene sentido en sí mismo, pues permite al profesor evaluar lo que un niño ya puede hacer y dónde necesita atención adicional. Para los propios niños, sin embargo, suele parecer un «examen de verdad" que tiene una importancia inmediata. Esto puede provocar nervios y problemas de concentración.
¿Qué puedes hacer como padre?
- Háblalo en casa: explícale que ese examen sirve sobre todo para ver dónde está tu hijo, no para ponerle una nota.
- Practica en reposo: haced juntos un examen de práctica una vez, para que desaparezca la tensión.
- Sueño y ritmo: un niño descansado puede concentrarse mucho mejor, sobre todo durante los exámenes por la mañana.
- Nutrición: un buen desayuno con fibra y proteínas ayuda a mantener el cerebro despierto.
Orejeras para niños: menos estímulos, más tranquilidad
Una ayuda práctica que se utiliza cada vez más son las orejeras para niños. No se trata de protectores auditivos que eliminan todo el sonido, sino de orejeras especiales que amortiguan el ruido para que el entorno parezca más tranquilo.
Ventajas de las orejeras en clase
- Menos distracciones por murmullos y ruido de fondo
- Más concentración durante los exámenes o los momentos de lectura
- Sensación de seguridad: los niños a menudo experimentan el porteo como una «burbuja" tranquilizadora
- Adecuado para periodos cortos: especialmente útil para tareas de concentración
Hay orejeras de todos los tamaños y colores, diseñadas específicamente para la cabeza de los niños. Para algunos niños, esto puede marcar la diferencia entre mirar distraídos a su alrededor y trabajar concentrados.
Otras formas de ayudar a tu hijo a concentrarse
Además de las orejeras, hay muchas otras formas de ayudar a tu hijo en clase.
Base en orden
Una buena noche de sueño, una dieta sana y suficiente ejercicio son la base de la concentración. La regularidad ayuda enormemente: los horarios fijos para dormir, comer y hacer los deberes crean calma.
Lugar tranquilo en el aula
Algunos niños funcionan mejor cuando se sientan en la parte delantera de la clase, cerca del profesor y con menos distracciones de los compañeros.
Bloques cortos de concentración
No todos los niños pueden concentrarse durante una hora. Puede ayudar trabajar en bloques cortos con pequeños descansos entre ellos.
Ejercicios de relajación
Los ejercicios de respiración o los breves momentos de atención plena no son sólo para adultos. Los niños también se benefician de las técnicas para liberar tensiones y despejar la mente.
Cuando se necesita apoyo adicional
Si notas que tu hijo tiene dificultades estructurales para concentrarse, incluso fuera del aula, puede que haya algo más. Puede tener que ver con el AD(H)D, la alta sensibilidad u otros factores, por ejemplo. En ese caso, es bueno hablarlo con el profesor o el supervisor interno. A veces puede bastar con una simple ayuda, como unos tapones para los oídos, otras veces se necesita más orientación.
Trabajar con la escuela
Lo más importante es que los padres y la escuela trabajen juntos. Los profesores suelen tener experiencia con distintos tipos de alumnos y saben qué ayudas funcionan en clase. Como padre, puedes indicar que tu hijo se beneficiaría de menos estímulos o de ayudas como orejeras.
Un buen consejo: pregunta si tu hijo puede probar primero las orejeras durante los deberes o la lectura en casa. Así ya no se sentirá extraño o incómodo en clase.
Resumen
La concentración en clase no siempre resulta natural, sobre todo en un entorno ruidoso o durante los emocionantes exámenes de principio de curso. Como padre, puedes ayudar a tu hijo proporcionándole descanso y regularidad, hablando de los exámenes y utilizando herramientas prácticas. Las orejeras para niños son una gran solución para reducir los estímulos y aumentar la concentración.
Con una combinación de buena preparación, herramientas inteligentes y apoyo de la escuela, cada niño puede encontrar su camino hacia una mejor concentración, y así disfrutar más aprendiendo.





