El cerumen: el enemigo de tu audífono

Cera de los oídos. No suena sexy y normalmente tampoco tiene un aspecto encantador. Sin embargo, es importante para tus oídos. El cerumen mantiene flexible el conducto auditivo, lo protege de la suciedad, las bacterias y la deshidratación. Pero: a tu audífono no le gusta tanto. De hecho, el cerumen es la principal razón por la que los audífonos dejan de funcionar correctamente o incluso se estropean. Y es una pena.

En este blog te explicamos por qué el cerumen sabotea tan fácilmente tu audífono, cómo prevenirlo y cómo mantener limpios tus oídos de forma segura, incluso con una cámara de alta tecnología.

Por qué tus oídos producen cerumen (y por qué no pasa nada)

El cerumen es una especie de mecanismo de autolimpieza de tu cuerpo. Atrapa las partículas de polvo, mantiene flexible la piel del conducto auditivo y proporciona un entorno ligeramente ácido en el que las bacterias no se sienten cómodas. En otras palabras, el cerumen no es un residuo, sino una capa protectora.

Pero si llevas un audífono, esa cera puede acumularse en lugares donde no debería. Tanto en tu oído como en el propio aparato.

¿Qué le hace el cerumen a tu audífono?

Los audífonos son pequeñas maravillas de la tecnología. Pero también son frágiles. Ciertamente, el altavoz, el canal de sonido y los micrófonos son susceptibles a la suciedad. ¿Y adivina qué? El cerumen es pegajoso, grasiento y se mete entre todo. Puede:

  • obstrucción de filtros y mangueras
  • hacer que el sonido sea sordo o crepitante
  • dejar que falle el dispositivo
  • dañar los componentes internos

Es un poco como empañarse las gafas… pero desde dentro. Oyes menos, el aparato funciona peor y, a la larga, incluso corres el riesgo de sufrir daños irreparables.

¿Cómo se reconocen los problemas de cerumen?

A menudo puedes darte cuenta por pequeñas señales:

  • El sonido suena más suave o distorsionado
  • Tu dispositivo pita, cruje o se cae
  • Tienes que seguir subiendo el volumen
  • Oyes menos de lo que estás acostumbrado

Si de repente tu aparato deja de hacer lo que debería, el cerumen es una de las primeras cosas que hay que descartar.

Proteger tu audífono del cerumen

Afortunadamente, hay muchas cosas que puedes hacer para mantener tu dispositivo limpio, fresco y funcionando. Piensa en ello:

Limpieza diaria

Utiliza un paño seco, un paño de limpieza especial o un cepillo todos los días. No olvides las aberturas de los micrófonos y los canales de sonido. Hay kits completos de limpieza que te lo ponen muy fácil.

Sustituir los filtros a tiempo

¿Hay un filtro de cerumen en tu aparato? Sí. Pero tienes que sustituirlo. Una vez cada dos o cuatro semanas es suficiente. No esperes a que tu aparato deje de funcionar.

Mantener los oídos limpios y secos

La humedad y el cerumen no son una buena combinación. Ponte el audífono sólo cuando tengas los oídos secos. Así que primero sécate después de ducharte o nadar, y luego ponte el audífono.

Utiliza una caja de secado

Una caja de secado seca y limpia tu aparato durante la noche. La luz UV mata las bacterias y la condensación desaparece como la nieve al sol. Se demuestra que tu aparato dura más.

Limpiarte los oídos con un limpiador de oídos Bebird con cámara

Algunas personas producen un poco más de cerumen que la media. O se acumula y se atasca. Entonces, por supuesto, puedes acudir a tu médico de cabecera. Pero cada vez más gente utiliza un limpiador de oídos Bebird con cámara. ¿Y sinceramente? Es una tecnología fascinante.

Un Bebird es un dispositivo eléctrico de limpieza de oídos con una diminuta cámara en el extremo. Mediante una aplicación en tu teléfono, puedes ver en directo lo que ocurre en tu oído. Esto te permite eliminar el cerumen de forma muy precisa y suave, sin empujar ni rascar al azar.

Eso significa: nada de bastoncillos de algodón que lo empujan todo más profundamente, sino una limpieza controlada con la vista puesta en lo que haces. Es seguro, rápido y, de hecho, también divertido (al menos si no eres reacio a un poco de cerumen).

Limpiadores de oídos Bebird en Horend Goed

Nota: utiliza el Bebird sólo si sabes lo que haces, y sigue siempre las instrucciones de uso. ¿Tienes dudas? Pide ayuda a un profesional.

También es importante para los niños

Los niños suelen producir más cerumen, y a veces llevan los audífonos con menos pulcritud que los adultos. Revisa sus dispositivos con regularidad y conviértelo en una rutina habitual. Lo mejor suele ser cepillarse brevemente antes de acostarse, igual que se cepillan los dientes, pero con un cepillo para los audífonos.

Para los niños, el cerumen también es un motivo para prestar más atención durante las clases de natación o las vacaciones junto al mar. Los gorros de natación personalizados pueden ayudar a mantener fuera el agua y la suciedad.

¿Y si el aparato ya está obstruido?

Que no cunda el pánico. Ponte en contacto con tu audiólogo (¡eso somos nosotros!). En muchos casos, basta con limpiar o cambiar un filtro. Sobre todo, no esperes demasiado, ya que la humedad y la suciedad pueden acabar dañando las piezas.

En resumen: cuida tus oídos tanto como tu aparato

El cerumen no es un enemigo, hasta que se cuela en tu audífono. Con unos sencillos hábitos, puedes evitarlo. Mantén tus oídos limpios, utiliza un Bebird si te gusta, limpia tu aparato a diario y utiliza una caja de secado. Así todo se mantendrá fresco y funcionando mucho más tiempo.

¿Tienes preguntas sobre el mantenimiento, los filtros o quieres consejos sobre la limpieza segura de los oídos? Estaremos encantados de reflexionar contigo. Con o sin cámara en el oído.

author-sign