Por qué nunca debes utilizar un bastoncillo de algodón para eliminar el cerumen

Todo el mundo lo hace. Coge rápidamente un bastoncillo de algodón después de ducharte y «límpialo". Porque ese cerumen no debe estar ahí, ¿verdad? No parece fresco, a veces parece un poco grasiento y, antes de que te des cuenta, sientes que tu conducto auditivo está «obstruido". Pero, ¿y si te dijéramos que este hábito no sólo es innecesario, sino francamente malo para tus oídos?

En este blog te diremos por qué es mejor que dejes hoy mismo de usar bastoncillos de algodón en el conducto auditivo. Qué es realmente el cerumen. Y -lo que es más importante- qué puedes hacer si crees que tus oídos necesitan una limpieza. Spoiler: la respuesta tiene todo que ver con la tecnología Y la precaución.

El cerumen: ¿una suciedad o una capa protectora inteligente?

Empecemos por el principio. El cerumen no es un residuo, sino un mecanismo protector natural de tu cuerpo. Se produce en el conducto auditivo externo y consiste en una mezcla de escamas de piel, grasas, sudor y polvo. No es exactamente un cóctel sexy, pero sí increíblemente útil.

Cera de los oídos:

  • protege la piel del conducto auditivo externo para que no se seque
  • detiene el polvo, las bacterias y otros intrusos
  • mantiene el conducto auditivo ligeramente ácido (lo que previene los hongos y las infecciones)
  • transporta gradualmente la suciedad hacia tu pabellón auricular

En otras palabras, tu oído es un sistema de autolimpieza. Y mientras lo dejes en paz, hará bien su trabajo.

Qué va mal con los bastoncillos de algodón

Sin embargo, millones de personas utilizan cada día un bastoncillo de algodón para «limpiarse" los oídos. Y ahí es donde va mal. Porque ese fajo de algodón en un bastoncillo parece inofensivo, pero puede hacer más mal que bien.

¿Por qué?

  • A menudo empujas el cerumen más adentro del conducto auditivo, en lugar de sacarlo
  • Interrumpes el drenaje natural del cerumen
  • Te haces pequeñas heridas en la piel del conducto auditivo externo
  • Aumentas el riesgo de obstrucciones, infecciones de oído y daños auditivos

En el peor de los casos, podrías incluso dañarte el tímpano. Y créenos: no quieres eso. Sobre todo si ya tienes pérdida de audición o llevas audífono, tus oídos son vulnerables. Entonces lo último que quieres es una inflamación o un daño por… un bastoncillo de algodón.

¡Pero tengo los oídos llenos!

Algunas personas simplemente producen más cerumen que otras. Otras tienen los conductos auditivos más estrechos o retorcidos, lo que dificulta la salida del cerumen. Y sí, si llevas audífonos o te pones tapones a menudo, puede acumularse un poco más rápido.

Por tanto, la sensación de «oídos llenos" o audición sorda es reconocible. Pero aun así, un bastoncillo de algodón no es la solución. ¿Entonces qué?

El Bebird: limpieza de oídos con visión

En lugar de tocarte la oreja con el tacto, hoy en día puedes utilizar la tecnología. El Bebird es un buen ejemplo de ello. Este dispositivo inteligente es un limpiador de oídos seguro con cámara incorporada, para que puedas ver literalmente lo que estás haciendo.

Las ventajas de Bebird de un vistazo:

  • Ves en directo en tu teléfono o tableta dónde estás limpiando
  • Evitas profundizar demasiado o dañar algo accidentalmente
  • Eliminas el cerumen selectivo, sin irritar el resto del conducto auditivo externo
  • Trabajas de forma higiénica, con puntas intercambiables y suaves

Así pues, el Bebird no es un «nuevo bastoncillo de algodón", sino una forma sensata de dar a tus oídos un pequeño retoque de vez en cuando, cuando sea realmente necesario. Nota: el uso diario no es necesario ni deseable. Considéralo un mantenimiento, no una rutina de limpieza.

¿Cuándo hay que eliminar el cerumen?

Así que, en la mayoría de los casos, no tienes que hacer nada. Pero hay excepciones:

  • Tienes una mordaza que interfiere con tu audición
  • De repente oyes mal o menos bien
  • Tu audífono funciona peor debido a la acumulación de cerumen
  • Sufres dolor de oídos o sensación de presión

En ese caso, puedes probar a limpiar suavemente con el Bebird. O, en caso de duda, pide cita con un audiólogo o un médico de cabecera. Sobre todo si tienes obstrucciones frecuentes, es conveniente que te lo evalúe un profesional.

¿Y los niños?

Incluso en los niños, no hay que hurgar en el conducto auditivo. Los oídos son aún más vulnerables, y a los niños no suele molestarles el exceso de cerumen. Un paño a lo largo del pabellón auricular es más que suficiente. ¿Aún ves algo que hay que sacar? Entonces una visita al médico es más segura que ponerte tú mismo manos a la obra con un bastoncillo de algodón.

¿Y si no puedo resistirme?

¿Eres de los que sienten la necesidad de hurgar en sus oídos con una varilla todos los días? Entonces es hora de desaprender ese hábito. Aquí tienes algunos consejos:

  • Deja de poner bastoncillos de algodón a la vista
  • Limpia sólo la parte externa de la oreja con un paño suave
  • Date permiso para vigilar con un Bebird una vez a la semana, si lo consideras necesario
  • Recuérdate a ti mismo: tu oído se limpia solo

¿Y sabes qué es lo mejor? Muchas personas descubren que sus oídos están más equilibrados de forma natural cuando dejan de juguetear. Menos picores, menos congestión y, en definitiva, oídos más sanos.

¿Y qué pasa con los tapones para los oídos y los audífonos?

¿Utilizas protectores auditivos, intrauriculares o un audífono? Entonces es importante que prestes especial atención al cerumen. No porque necesites limpiarlo más a menudo, sino porque estos audífonos pueden alterar un poco el drenaje del cerumen. Por tanto, notarás que tienes un tapón un poco más a menudo o que tu aparato se siente «sucio".

Nuestro consejo:

  • Limpia regularmente tu audífono o tapones
  • Comprueba con un Bebird que no se forma ningún coágulo
  • Limpia con cuidado, sólo si es necesario
  • Hazte una revisión anual del conducto auditivo si llevas muchos audífonos

Deja de pinchar, empieza a mirar

En lo que a nosotros respecta, se acabaron los días en que te pinchabas el oído a ciegas con un bastoncillo de algodón. Tus oídos son sensibles, inteligentes y están diseñados para mantenerse limpios. Dales la oportunidad de hacerlo, y ten cuidado con lo que tienes.

Y si necesitas un poco de ayuda: opta por una alternativa segura y pensada como el Bebird. Así mantendrás intactos tu control, tu visión y tus tímpanos.

¿Quieres saber más sobre el cuidado seguro de los oídos, los problemas de cerumen o los audífonos inteligentes como el Bebird? Tus consejos son siempre bienvenidos. Porque una buena audición empieza con un buen cuidado: para tu audición y para ti mismo.

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