Velas de oído: ¿hacerlas o no hacerlas?

Suena misterioso y un poco espiritual: una vela encendida en el oído para «equilibrar la energía» y eliminar el «exceso de cerumen». Las velas en los oídos (también conocidas como velas auriculares) han ganado mucha popularidad en los últimos años, sobre todo a través de las redes sociales y los canales de bienestar. Pero, ¿funciona realmente? Y lo que es más importante, ¿es seguro?

En este blog, nos sumergimos en el mundo de las velas para los oídos y te explicamos por qué es mejor dejar pasar esta moda. Y, por supuesto, te damos una alternativa más segura y eficaz: el limpiador de oídos Bebird con cámara.

¿Qué es exactamente la vela del oído?

La otoplastia consiste en introducir una vela hueca de cera de abeja o algodón en el oído y encenderla. Se dice que la vela crea una especie de vacío que aspira el cerumen, las bacterias y las «toxinas» del oído. Después, suele quedar un residuo amarillo-marrón en el resto de la vela, que los partidarios del método afirman que sería el cerumen eliminado.

Parece impresionante. Pero, por desgracia, la ciencia dice otra cosa.

¿Funcionan las velas del oído?

En pocas palabras: no. Múltiples estudios científicos han demostrado que las velas de los oídos no crean un vacío, no eliminan el cerumen y no tienen efectos positivos sobre tu audición o tu salud. ¿Esa cosa marrón que queda después en la vela? Es simplemente cera de abeja derretida y residuos quemados de la propia vela, no de tu oído, sino de la vela.

De hecho, las investigaciones demuestran que poner velas en los oídos puede tener incluso el efecto contrario. En lugar de eliminar el cerumen, la cera de las velas puede acabar entrando en tu conducto auditivo. Y eso es exactamente lo que no quieres.

¿Las velas del oído son peligrosas?

Desgraciadamente, así es. Los riesgos no son leves y, desde luego, no son raros. Piensa en ello:

  • Quemaduras en la oreja, la cara o el pelo
  • Acumulación de cerumen por restos de velas que acaban en el conducto auditivo externo
  • Agujeros en el tímpano por sobrecalentamiento o presión física
  • Estrechamiento del conducto auditivo debido a irritación o cicatrización
  • Infecciones, porque queda cera de abeja quemada o suciedad en el oído

En resumen: lo que pretende ser una «limpieza natural» puede acabar siendo una visita al médico de cabecera o al otorrino. Y eso es exactamente lo que queremos evitar.

Por qué a menudo tus oídos no necesitan ninguna limpieza

Tu conducto auditivo se limpia solo. Realmente lo hace. Porque el cerumen tiene una función: mantiene tus oídos flexibles, atrapa el polvo y la suciedad y protege contra las infecciones. Normalmente, tu oído expulsa el cerumen por sí solo, y puedes limpiarlo con un paño. Así que no suele ser necesario «hurgar» en el oído.

Sin embargo, el cerumen puede acumularse en un tapón. Por ejemplo, si tienes conductos auditivos estrechos, trabajas mucho con tapones, llevas audífonos o simplemente produces un poco más de cerumen que la media. En esos casos, es importante limpiar con seguridad.

El Bebird: una alternativa moderna para la limpieza segura de los oídos

En lugar de experimentar con fuego y cera de abeja, opta por una solución moderna y segura: el limpiador de oídos Bebird con cámara.

Este ingenioso artilugio está especialmente diseñado para limpiar suavemente tu canal auditivo. Con un pequeño gancho y una cámara integrada, puedes ver exactamente lo que estás haciendo en tu smartphone. Así no tendrás que hacer conjeturas ni correrás el riesgo de «profundizar demasiado».

Por qué el Bebird es una buena alternativa

  • Seguro y controlado: ves todo lo que haces a través de la cámara
  • Sin calor, fuego ni cera de vela: sin riesgo de quemaduras ni daños
  • Reutilizable: duradero e higiénicamente limpiable
  • Adecuado para toda la familia (si se utiliza con cuidado, y con los niños siempre supervisados)

No utilizas el Bebird a diario, sino sólo cuando notas que hay cerumen real que no sale por sí solo. Es un poco como cepillarse los dientes: prefieres hacerlo bien y con seguridad.

¿Y si sigues sufriendo problemas de cerumen?

A pesar de una limpieza cuidadosa, ¿sigues sufriendo la formación de tapones, sensación de taponamiento o picor en el oído? Entonces es conveniente que te revise los oídos un médico o un audiólogo. A veces el cerumen es demasiado duro o profundo para extraerlo con seguridad por ti mismo. En ese caso, puede ser necesaria una extracción o eliminación profesional.

En cualquier caso, no utilices nunca un bastoncillo de algodón, ni clips, llaves, cerillas u otras «herramientas» que la gente suele coger. Al hacerlo, en realidad empujas la cera más adentro del oído, con todas sus consecuencias.

En resumen: deja esa vela en el cajón

Las velas en los oídos pueden parecer un ritual relajante, pero en realidad son arriesgadas, poco científicas y a menudo perjudiciales. Tus oídos son órganos sensibles e inteligentes que suelen ser perfectamente capaces de mantenerse limpios. Y si quieres limpiarte, hazlo de forma segura.

Elige el Bebird, por ejemplo: una forma moderna y eficaz de cuidar tus oídos sin complicaciones ni peligros. Así mantendrás tu conducto auditivo sano y tus vuelos de vacaciones, noches de concierto y días normales agradables y nítidos.

Tus orejas son preciosas. Dales el cuidado que se merecen, sin humo, fuego ni cera de abeja.

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