10 dagelijkse geluiden waarvan je vaak niet doorhebt dat ze (te) hard zijn

10 sonidos cotidianos de los que a menudo no te das cuenta de que son (demasiado) fuertes

A veces, cuando pensamos en ruidos fuertes, pensamos inmediatamente en conciertos, aviones u obras. Lógico, porque esos son los clásicos. Pero ¿sabías que los sonidos cotidianos en casa o en la calle también pueden poner a prueba tu capacidad auditiva? ¿Y a menudo de forma tan sutil que ni siquiera te das cuenta?

Al fin y al cabo, el daño auditivo no sólo se produce en los picos extremos. La exposición repetida a sonidos ligeramente demasiado altos -día tras día- también puede dañar tu audición de forma inadvertida. Así que es hora de comprobar la realidad: ¿qué sonidos de tu vida diaria son realmente sospechosamente fuertes?

Aquí vienen: 10 sonidos cotidianos que quizá no sabías que podían ser muy peligrosos para tus oídos.

1. El secador de pelo

Un secador de pelo es uno de esos aparatos que inconscientemente tienes muy cerca de los oídos. Y estas cosas no sólo soplan aire caliente, sino también una media de 85 a 95 decibelios de ruido en tu dirección. Sobre todo si lo utilizas a diario, esto puede suponer un riesgo, especialmente si tu audición ya es sensible.

Consejo: Sécate el pelo a la altura del brazo y no más de lo necesario. O déjalo secar al natural si puedes.

2. La batidora o el robot de cocina

Un batido suena sano, pero tus oídos a veces piensan lo contrario. Las batidoras y los procesadores de alimentos pueden superar fácilmente los 90 o 100 decibelios, sobre todo si son antiguos o vibran sobre una superficie dura.

Consejo: Utilízalos el menor tiempo posible y mantente a una distancia prudencial. Como alternativa, amortigua el ruido colocando una alfombrilla de silicona debajo del aparato.

3. Secadores de manos en aseos públicos

¿Ese chorro superrápido y potente que te seca las manos en cinco segundos? Ese suele producir entre 95 y 100 decibelios. En una habitación pequeña con mucha reverberación -como un retrete- parece aún más fuerte.

Consejo: Mantén cierta distancia o sécate las manos a la antigua usanza sobre una toalla de papel.

4. Hoovers

Una aspiradora también es uno de esos ruidos cotidianos fuertes en los que no te paras a pensar inmediatamente. Produce una media de 70 a 85 decibelios. No es directamente destructor del oído, pero un uso prolongado sin pausas -piensa en una gran limpieza- puede cansarte bastante los oídos. Y algunos modelos hacen mucho más ruido aún.

Consejo: Utiliza orejeras si aspiras durante periodos prolongados (sobre todo en combinación con otros aparatos ruidosos) o invierte en un modelo más silencioso.

5. Música a través de auriculares

Todos lo sabemos, pero lo hacemos igualmente: poner la música un poco demasiado alta, sobre todo en entornos ruidosos como el tren o mientras hacemos ejercicio.

Lo que debes saber: los tapones están más cerca del tímpano que los auriculares, lo que aumenta el riesgo de daños auditivos. Y si ya apenas oyes lo que te rodea, es que está demasiado alto.

Consejo: Utiliza tapones con limitación de volumen o cancelación de ruido, para poder bajar el volumen y seguir oyendo todo correctamente.

6. La máquina de café

Sí, de verdad. Especialmente las cafeteras espresso totalmente automáticas con molinillo de granos pueden ser bastante ruidosas: de 85 a incluso 95 decibelios, según el modelo. Si preparas varias tazas al día, tu oído se ve sometido imperceptiblemente a un gran esfuerzo.

Consejo: Utiliza un aparato con un motor más silencioso o aléjalo un poco de ti.

7. Niños gritando o chillando

Nos encantan, pero cuando se desmelenan en un espacio pequeño, sus voces pueden superar los 100 decibelios, sobre todo en un espacio con eco, como un cuarto de baño, un salón o un coche.

Consejo: Intenta amortiguar el ruido con materiales suaves (alfombras, cortinas), y da un descanso a tus oídos de vez en cuando si vives en un hogar muy ajetreado.

8. Tráfico - especialmente ciclomotores y motocicletas

No hace falta vivir junto a una autopista para que te moleste el tráfico. Un scooter chisporroteando al pasar, o una moto con el tubo de escape abierto, producen entre 95 y 110 decibelios. Y eso puede causar daños en pocos segundos.

Consejo: ¿Vives junto a una carretera muy transitada? Considera la posibilidad de utilizar ventanas insonorizadas o protectores auditivos cuando vayas en bicicleta o andes junto al tráfico.

9. Despertadores y alarmas

Por supuesto que deberían despertarte o avisarte, pero algunos despertadores y alarmas de cocina te despiertan literalmente a gritos. Especialmente para las personas con problemas de audición, hay modelos que pitan muy fuerte, a veces por encima de los 100 decibelios.

Consejo: Opta por un despertador con función de vibración o destello de luz. Mejor para tus oídos y menos estresante para despertarte.

10. El microondas o la lavadora pitan

Lo conoces: un pitido agudo y penetrante cuando el horno microondas está listo. O esas alegres melodías de tu lavadora al final de un programa. Irritante, pero también… sorprendentemente ruidosos. Sobre todo si están directamente en tu cocina o salón.

Consejo: Baja el volumen de los pitidos de notificación si puedes. O elige dispositivos con una señal más sutil.

Ruidos cotidianos: ¿qué es exactamente «demasiado alto"?

En general, los sonidos superiores a 80 decibelios pueden causar daños auditivos con una exposición prolongada. Y cuanto más fuerte es el sonido, menor es el tiempo en que se produce el daño. Un sonido de 100 decibelios, por ejemplo, puede causar riesgo en tan sólo 15 minutos.

Y no, no lo notas enseguida. Sólo lo notas con el tiempo: un ligero chirrido, dificultad para hablar en salas concurridas, fatiga después de un día ruidoso… Ésas son las primeras señales.

¿Qué puedes hacer para proteger tus oídos cuando te expones a los sonidos cotidianos?

  • Utiliza protección auditiva. Sobre todo cuando hagas trabajos raros, música, conciertos o festivales. Hay buenos tapones para los oídos de todo tipo, desde discretos hasta hechos a medida.
  • Dale un descanso a tus oídos. Al igual que tu cuerpo, tus oídos necesitan recuperarse. Después de un día ajetreado, ponte conscientemente en silencio.
  • Hazte pruebas de audición con regularidad. Sobre todo si trabajas en entornos ruidosos o sueles sufrir ruidos fuertes.
  • Utiliza alternativas inteligentes. Por ejemplo, un despertador con vibración, un Bebird para limpiar los oídos con seguridad, o unas orejeras mientras pasas la aspiradora.

Sé consciente del peligro de los sonidos cotidianos

No tienes por qué vivir en completo silencio. Pero ser consciente de qué sonidos cotidianos son (demasiado) fuertes puede suponer una gran diferencia. Porque la pérdida de audición suele producirse lentamente, casi con sigilo. Y una vez que está ahí, a menudo es permanente.

Así que sé amable con tus oídos. Hacen todo lo posible cada día para que oigas el mundo. ¿Lo mínimo que puedes hacer? Bajar un poco el volumen.

author-sign