Kinderen en koptelefoons

Niños y auriculares: esto es lo que hay que tener en cuenta

Hoy en día, los auriculares son casi tan naturales como un smartphone. Los niños los utilizan para escuchar música, ver películas, tomar clases en línea e incluso jugar. Pero mientras que los adultos suelen conocer (o al menos deberían conocer) sus propios límites, los niños dependen de nuestra orientación. Esto se debe a que el oído de un niño es mucho más sensible que el de un adulto. Unos auriculares inadecuados, un volumen demasiado alto o un tiempo de escucha demasiado prolongado pueden causar lesiones auditivas permanentes. Por tanto, es importante saber en qué hay que fijarse al elegir unos auriculares para tu hijo.

La audición de los niños es más vulnerable

Los niños nacen con una audición excelente. De hecho, a menudo oyen mejor que los adultos, simplemente porque sus oídos aún no han estado expuestos a años de ruido. Pero es precisamente esta sensibilidad la que hace que su audición sea vulnerable. Los sonidos demasiado fuertes pueden dañar las células ciliadas del oído interno, y éstas no se reparan por sí solas. Por tanto, los daños auditivos a una edad temprana son irreversibles y pueden tener consecuencias importantes más adelante, como problemas de audición, dificultad para concentrarse e incluso acúfenos.

El problema es que el daño auditivo suele producirse gradualmente. Sólo te das cuenta cuando ya es demasiado tarde. Por eso es tan importante la prevención, sobre todo con los niños, que suelen estar ocupados con los auriculares.

Volumen: el mayor culpable

Uno de los mayores riesgos de los auriculares es el volumen. Mucha gente no sabe que 85 decibelios es el volumen máximo seguro para una exposición prolongada. Cualquier volumen superior, sobre todo en sesiones de escucha de varias horas, puede ser perjudicial. En comparación, 85 decibelios es aproximadamente el sonido del tráfico intenso de una ciudad. Muchos auriculares, sobre todo para adultos, pueden alcanzar fácilmente los 100 decibelios o más. Puede que no parezca mucho más alto, pero cada 3 decibelios de más significa duplicar la intensidad del sonido.

Por eso, para los niños es inteligente elegir auriculares con limitación de volumen. Suelen estar ajustados a un máximo de 85 decibelios. Así evitas que tu hijo escuche demasiado alto sin darse cuenta.

Cuidado con los limitadores de volumen que no funcionan

No todos los auriculares con limitación de volumen son igual de fiables. Algunos modelos anuncian un límite seguro, pero en la práctica el volumen puede resultar más alto. Los modelos baratos, en particular, pueden decepcionar en este sentido. Leer una prueba independiente u opiniones puede ayudar a determinar si el limitador funciona realmente. Ten en cuenta también que algunos dispositivos, como determinados teléfonos o tabletas, pueden seguir subiendo el volumen de los auriculares.

La comodidad y el ajuste son cruciales

Los niños tienen la cabeza y las orejas más pequeñas, por lo que los auriculares para adultos suelen ser demasiado grandes o pesados. Esto no sólo es incómodo, sino que también puede hacer que los auriculares no sellen bien. Con un mal ajuste, oyen mejor el ruido ambiente, lo que automáticamente sube el volumen.

Así que elige auriculares diseñados específicamente para niños: ligeros, ajustables y con almohadillas blandas. Un buen ajuste garantiza más comodidad y menos tentaciones de subir demasiado el volumen del sonido.

¿Sobre la oreja, en la oreja o en la oreja?

Hay distintos tipos de auriculares, y cada tipo tiene ventajas e inconvenientes.

  • Los auriculares sobre la oreja (auriculares que cubren completamente la oreja) suelen sellar bien y proporcionan un sonido pleno. Son cómodos para largas sesiones de escucha, pero pueden ser un poco grandes para los niños pequeños.
  • Los auriculares de botón (que se apoyan en la oreja) suelen ser más ligeros y compactos, pero no sellan tan bien, por lo que el volumen sube más rápido.
  • Los tapones intrauditivos son pequeños y fáciles de transportar, pero en general no se recomiendan para los niños pequeños, ya que se colocan directamente en el canal auditivo y pueden hacer demasiado ruido más rápidamente.

Para los niños se suelen recomendar auriculares sobre la oreja o auriculares ligeros sobre la oreja con limitación de volumen.

Limitar el tiempo de escucha

Incluso con un límite de volumen seguro, es importante limitar el tiempo de escucha. La OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda la regla 60/60: un máximo de 60 minutos de escucha seguidos, hasta el 60% del volumen. Después de esa hora, es importante hacer una pausa para que los oídos se recuperen.

Es útil establecer momentos en los que los niños se quiten los auriculares durante un rato. Por ejemplo, durante la cena, el juego al aire libre o simplemente para charlar. Así evitas que escuchar se convierta en una actividad de fondo constante.

El peligro del ruido ambiental

Un problema frecuente es que los niños utilicen los auriculares en entornos ruidosos, como en el coche o en el tren. El ruido de fondo hace que suban automáticamente el volumen. Los auriculares con supresión de ruido pueden ser una solución en una situación así, ya que reducen el ruido molesto y, por tanto, el volumen puede permanecer más bajo. Ten en cuenta que la supresión activa del ruido no suele encontrarse en los modelos para niños, pero algunas variantes sobre la oreja ya ofrecen una buena atenuación pasiva.

¿Inalámbrico o con cable?

Ambas opciones tienen sus ventajas. Los auriculares inalámbricos (bluetooth) dan a los niños más libertad de movimientos y evitan que tropiecen con un cable. Sin embargo, hay que cargarlos, y en algunos modelos el volumen máximo por bluetooth puede ser mayor que por cable.

Con los auriculares con cable, corres menos ese riesgo, pero los niños pueden enredarse en el cable o tirar de él. Algunos auriculares para niños tienen un cable desmontable, que es más seguro.

También es posible la escucha conjunta

Algunos auriculares para niños llevan incorporado un divisor de audio, que permite conectar varios auriculares entre sí. Esto permite a los niños escuchar música o ver la misma película juntos, sin que el volumen tenga que ser demasiado alto para uno de ellos.

Enseña a los niños conciencia auditiva

En definitiva, no se trata sólo de comprar los auriculares adecuados, sino también de educar. Explica a los niños por qué es importante tener cuidado con sus oídos. Por ejemplo, puedes compararlo con una quemadura solar: no sientes el peligro de inmediato, pero el daño puede ser grande más adelante. Si los niños entienden por qué no deben escuchar demasiado alto, es más probable que ellos mismos presten atención.

Podéis establecer juntos algunas reglas sencillas, como por ejemplo

  • Nunca subas el volumen más de la mitad.
  • No escuches durante más de una hora sin descansar.
  • No utilices los auriculares si ya no puedes oír a alguien hablando.

Reconocer precozmente los problemas de audición

Presta atención a los signos de que tu hijo puede estar sufriendo ya problemas de audición. Algunos ejemplos son

  • A menudo pide que le repitan las cosas
  • Hablar más alto de lo habitual
  • Quejarse de un chirrido en el oído
  • Dificultad para concentrarse en la escuela

Si lo notas, es conveniente que te hagas una prueba de audición en un audiólogo (¡somos nosotros!) o en un otorrinolaringólogo.

En conclusión

Los auriculares pueden ser una forma estupenda de que los niños disfruten de la música, los cuentos o los vídeos educativos. Pero, como ocurre con muchas cosas, hay que actuar con moderación y tomar las debidas precauciones. Eligiendo un buen modelo con control de volumen, prestando atención al tiempo de escucha y a la comodidad, y concienciando a tu hijo sobre la protección auditiva, estarás sentando las bases de unos oídos sanos, ahora y en el futuro.

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