El sonido está en todas partes. A veces es relajante, a veces irritante, a veces ensordecedor. Y a veces… es tan fuerte que puede desgarrarte los tímpanos, romper ventanas o incluso hacer que se derrumben edificios. Afortunadamente, no nos encontramos con ese tipo de sonidos en la vida cotidiana, pero existen.
En este blog, nos sumergimos en el mundo de los decibelios extremos. ¿Cuáles son los sonidos más fuertes jamás medidos en la Tierra? ¿Y hasta qué punto son peligrosos para tu audición?
Spoiler: muy peligroso.
Un repaso rápido: ¿qué son los decibelios?
Para los que lo hayan perdido de vista: el número de decibelios (dB) indica lo fuerte que es un sonido. Es una escala logarítmica, lo que significa que un pequeño aumento en dB ya supone un gran aumento de volumen.
Por ejemplo:
- 60 dB = conversación normal
- 85 dB = inicio del riesgo de lesión auditiva
- 120 dB = umbral del dolor
- 140 dB = tímpano en peligro
¿Arriba? Entonces estás en el reino de las explosiones, los lanzamientos de cohetes y otros sonidos que definitivamente no quieres experimentar sin protección.
1. La erupción del Krakatoa (1883) - 310 dB
El número uno absoluto es una catástrofe natural: la erupción del volcán Krakatoa, en Indonesia, el 27 de agosto de 1883. Esta explosión fue tan fuerte que el sonido pudo oírse a más de 4.800 kilómetros de distancia. En Australia, en la isla de Rodrigues (¡cerca de Mauricio!), la gente informó de un estruendo ensordecedor.
Con un nivel de ruido estimado de 310 decibelios, sigue siendo el sonido más fuerte jamás percibido por el ser humano. No sólo es peligroso, sino que pone en peligro la vida. Las personas que estaban demasiado cerca murieron no sólo por el calor y la presión del aire, sino también por el propio sonido.
2. El Zar Bomba (1961) - 224 dB
En 1961, la Unión Soviética probó la bomba nuclear más potente jamás detonada: la Bomba Zar. Un monstruo de 50 megatones, produjo un sonido estimado en 224 dB a una distancia de 1 kilómetro del epicentro.
Es suficiente para pulverizar el hormigón, colapsar los pulmones y silenciar los oídos para siempre. Afortunadamente, la prueba se realizó en una zona remota. ¿Estar cerca sin protección? Sin posibilidades.
3. Lanzamiento del cohete Saturno V - 204 dB
El cohete Saturno V utilizado para las misiones Apolo en los años 60 y 70 es famoso no sólo por el alunizaje, sino también por su impresionante emisión de ruido: 204 dB en el lanzamiento.
Incluso a decenas de metros de distancia y con metros de grueso aislamiento acústico, el ruido era tan intenso que, sin protección auditiva, tu oído quedaba dañado permanentemente en un segundo. ¿Y la ola de calor de los motores? Eso se añade.
4. La explosión de Tunguska (1908) - >190 dB
Un misterioso estallido en Siberia en 1908, que se cree que fue causado por un meteoroide que estalló en la atmósfera, provocó una explosión que arrasó más de 2.000 kilómetros cuadrados de bosque.
El sonido aún era audible a más de 1.000 kilómetros de distancia, según testigos presenciales, y se estima en más de 190 dB. Ningún tímpano sobrevive a eso. Y como ocurrió en plena naturaleza, apenas hubo víctimas directas. Pero imagínate si hubiera sido sobre una ciudad….
5. Supernova (teórica) - ¿240+ dB?
Éste es un caso atípico, pero demasiado interesante para no mencionarlo. Una supernova -una estrella en explosión- puede generar teóricamente ondas sonoras de más de 240 decibelios, aunque eso depende de las condiciones.
En el espacio no se oye el sonido como en la Tierra (porque: no hay aire), pero si una explosión de este tipo se produjera hipotéticamente en la atmósfera, el sonido destruiría todo lo que hubiera en el amplio entorno. Afortunadamente, las supernovas se encuentran a una distancia segura de nuestro planeta.
¿Qué hace tal volumen a tus oídos?
Concretemos por un momento. ¿Qué le ocurre a tu audición cuando experimentas sonidos superiores a 120 dB?
- 100 dB: riesgo de daños tras 15 minutos
- 120 dB: dolor inmediato, riesgo de lesión auditiva permanente
- 140 dB: los tímpanos pueden romperse
- 160+ dB: también se dañan otros órganos (como los pulmones)
- 200+ dB: son posibles daños mortales incluso sin contacto directo
Suena dramático, y lo es. Tu audición es sensible y vulnerable. Y no se recupera.
¿Y qué significa esto para la vida cotidiana?
Por supuesto, no todos los días te acercas a una erupción volcánica o a una explosión nuclear. Pero incluso en la Tierra, te encuentras con sonidos que están más cerca de ese límite peligroso de lo que crees. Piensa en ello:
- Fuegos artificiales (155 dB)
- Sirenas (120-130 dB)
- Motos y Fórmula 1 (110-140 dB)
- Festivales de música y conciertos (hasta 110 dB)
Unos minutos sin protección auditiva pueden bastar para sufrir daños permanentes.
Protege tus oídos
Suena exagerado, pero sólo tienes un par de oídos. Y el daño causado por los ruidos fuertes es irreversible.
¿Tienes planes para ir a un festival, hacer bricolaje con aparatos ruidosos o simplemente dar un buen paseo en moto? Entonces asegúrate de estar preparado:
- Utiliza tapones para los oídos, preferiblemente con filtro antirruido
- Lleva orejeras para los ruidos muy fuertes
- Combina la protección para mayor seguridad
- Y: que la protección auditiva sea tan normal como las quemaduras solares
En conclusión
El sonido puede ser bello. La música, las voces, la naturaleza… no nos lo perderíamos por nada. Pero también puede ser devastador. De los volcanes a los cohetes, de los fuegos artificiales a los festivales: cuando las cosas se ponen demasiado ruidosas, es mejor pensar en tu audición que en el volumen.
Así que la próxima vez que estés en un entorno ruidoso, piensa en el Krakatoa, o en el Saturno V. Y luego piensa en tus oídos. Éstos no tienen respaldo, ni repuestos, ni botón de silencio.
Cuídalos bien. Hacen mucho más trabajo del que crees.