Oyes el término a menudo: decibelios. En los conciertos, en los aviones, cuando se trata de protección auditiva o cuando compras una aspiradora. Pero, ¿qué significa exactamente? ¿Qué es un decibelio, de dónde viene y por qué es tan importante cuando hablamos de audición y sonido?
En este blog, nos sumergimos en el mundo de los decibelios de una forma accesible. No es una lección de ciencia árida, sino explicaciones útiles que te ayudarán a comprender mejor el sonido y la protección auditiva.
Sonido: vibración en el aire
Para entender qué es un decibelio, primero echemos un vistazo al sonido en sí. En realidad, el sonido no es más que vibraciones que se mueven a través del aire (o de cualquier otro medio). Tu oído capta esas vibraciones, tu cerebro las convierte en “sonido”.
Algunas vibraciones son suaves, otras son duras como una roca. Piensa en la diferencia entre el susurro de las hojas y el rugido de un avión de combate. Expresamos lo fuerte o suave que es un sonido en decibelios (dB).
Vale, ¿pero entonces qué es un decibelio?
Un decibelio es una unidad que representa la fuerza de un sonido. Pero no es una escala normal a la que estés acostumbrado. Es una escala logarítmica. Suena complicado, pero significa simplemente: por cada 10 decibelios más, el sonido se vuelve 10 veces más intenso.
Entonces:
- 30 dB no es “un poco más fuerte” que 20 dB, sino 10 veces más intenso
- 40 dB son 100 veces más intensos que 20 dB
Suena ilógico, pero se debe a que nuestra propia audición funciona de forma logarítmica. Percibimos una duplicación del volumen no como “el doble de fuerte”, sino como “un poco más fuerte”. Así que la escala de decibelios se ajusta en consecuencia.
¿Qué significan esas cifras en la práctica?
Sólo algunos ejemplos para concretar:
- 10 dB: respiración
- 20 dB: susurro
- 30 dB: crujido suave
- 40 dB: biblioteca silenciosa
- 60 dB: conversación normal
- 85 dB: tráfico intenso
- 100 dB: concierto de rock (¡sin tapones!)
- 120 dB: sirena de corto alcance
- 140 dB: avión de combate a 30 metros de distancia
A partir de 85 decibelios, el riesgo de lesión auditiva se hace real si estás expuesto a él durante largos periodos de tiempo. Por tanto, ése es también el límite a partir del cual la protección auditiva pasa a ser obligatoria en el lugar de trabajo.
Además, ¿por qué a veces se oye “A” después de dB?
A veces verás que se indican “dB(A)”. Se trata de una unidad de medida modificada en la que el sonido se pondera en función de cómo lo percibe el oído humano. No oímos todas las frecuencias igual de bien. La escala de dB(A) filtra las frecuencias a las que nuestro oído es menos sensible, por lo que se obtiene una imagen más realista de lo que una persona experimenta realmente en términos de intensidad del sonido.
En la mayoría de las situaciones relacionadas con la audición, se utiliza dB(A). Por ejemplo, al medir el ruido del tráfico, la maquinaria o el volumen de un festival.
¿Cuál es el problema de tener demasiados decibelios?
Nuestros oídos son sensibles. Y aunque pueden soportar bastante, la exposición prolongada a sonidos fuertes es realmente perjudicial. Todo lo que supere los 85 dB puede causar daños auditivos con el tiempo. Y cuanto más fuerte es el sonido, menos tiempo tarda en producirse el daño:
- A 85 dB, puedes escuchar durante unas 8 horas sin sufrir daños
- A 100 dB, son sólo 15 minutos
- A 110 dB, estás en peligro a los pocos minutos
Y eso sin tener en cuenta la sensibilidad individual. Algunas personas tienen síntomas incluso con una exposición más breve o a volúmenes más bajos.
¿Qué tipo de daño auditivo puedes sufrir?
Las formas más frecuentes son:
- Acúfenos (un chirrido, silbido o zumbido constante en el oído)
- Hiperacusia (hipersensibilidad al sonido)
- Hipoacusia perceptiva (daño permanente en las células ciliadas del oído interno)
Este daño suele ser irreversible. Lo que está roto no mejora. Por eso es tan importante la prevención, como la protección auditiva.
¿Cómo se miden los decibelios?
Existen prácticas aplicaciones que te permiten medir aproximadamente el nivel de ruido de tu entorno, pero una medición profesional se realiza con un decibelímetro. Éste mide con precisión cuánto ruido hay en un lugar determinado. Puede ser útil en lugares de trabajo, salas de conciertos, aulas o incluso guarderías.
Los fabricantes de electrodomésticos también indican cada vez más cuántos dB produce cada cosa. Piensa en aspiradoras, lavavajillas o aparatos de aire acondicionado.
Protección auditiva: ¿qué ayuda realmente?
Si quieres proteger tu audición, es inteligente saber lo bien que amortigua algo. Los protectores auditivos suelen llevar un valor SNR: es la atenuación media en dB que ofrece el producto. Supongamos que estás en un festival con 100 dB, y llevas tapones con una SNR de 25 dB. Eso deja 75 dB entrando por tu tímpano: mucho más seguro.
Para el uso diario, puedes elegir entre:
- Tapones universalesIdeal para festivales, conciertos y viajes
- Tapones a medida: para músicos, DJs, empleados en profesiones ruidosas
- Protectores auditivos sobre el oído: como orejeras, para niños o a volúmenes muy altos
Nota: los tapones deben asentarse bien en el oído para proporcionar atenuación. Los tapones mal colocados apenas amortiguan.
¿Qué puedes hacer para salvar tus oídos?
Aquí tienes algunos consejos prácticos:
- Lleva siempre tapones para los oídos a festivales, conciertos o discotecas
- No te coloques cerca de los altavoces
- Dale un respiro a tus oídos durante un largo día lleno de ruido
- De vez en cuando, hazte una prueba de audición aunque no tengas quejas
- Utiliza protectores auditivos con filtros de música si escuchas o reproduces mucha música
- Enseña a tus hijos desde pequeños cuáles son los niveles de ruido seguros
Volver a lo básico
En resumen: un decibelio es una medida de la intensidad del sonido. Es una escala logarítmica que se ajusta a cómo experimentamos el sonido. Cuanto mayor es el número de decibelios, mayor es el riesgo de daños auditivos, especialmente con una exposición prolongada.
El sonido nos rodea. Y eso es maravilloso. Pero si quieres conservar tu audición -y todos queremos eso-, es inteligente vivir un poco consciente de los decibelios. No tienes que amortiguarlo todo. ¿Pero un poco de protección aquí y allá? Seguro que luego no te arrepientes.
