Los tapones para los oídos son una solución habitual para proteger tu audición en entornos ruidosos, pero hay un límite en la cantidad de ruido que pueden bloquear. La atenuación de los tapones suele indicarse en decibelios (dB), pero ¿por qué los tapones se detienen en torno a los 33 dB de atenuación y no te dejan completamente «sordo»? En este blog, profundizamos en las razones de esta limitación y en el papel que desempeña la conducción ósea en el proceso de transmisión del sonido a nuestro órgano auditivo.
¿Cómo funcionan los tapones para los oídos?
Los tapones funcionan bloqueando las ondas sonoras que entran en tu canal auditivo a través del aire. Cuando te colocas tapones en los oídos, se atenúan las ondas sonoras que normalmente entran en tu canal auditivo a través del aire. Esto hace que oigas menos ruido, lo que es importante en entornos ruidosos como conciertos, obras y fábricas. El grado de atenuación suele medirse en decibelios (dB), y un valor más alto significa que se bloquea más sonido.
Atenuación máxima de los tapones: 33 dB
¿Por qué los tapones para los oídos se detienen en una atenuación de unos 33 dB, incluso cuando se utiliza la mejor protección auditiva? Tiene que ver con la forma en que se procesa el sonido en nuestro cuerpo. Cuando las ondas sonoras llegan al conducto auditivo, normalmente se transmiten a través del aire a los huesecillos (el martillo, el yunque y el estribo) del oído medio. Estos huesos convierten las ondas sonoras en vibraciones, que se envían a través de la cóclea al cerebro, donde se perciben como sonido.
Sin embargo, el sonido puede conducirse no sólo a través del aire hasta el oído, sino también a través de los huesos del cráneo. Este proceso se denomina «conducción ósea». Las ondas sonoras pueden viajar a través de los huesos del cráneo hasta el oído interno, lo que significa que, aunque la conducción aérea esté bloqueada por tapones, el sonido puede seguir pasando a través de los huesos hasta el órgano auditivo.
¿Qué es la orientación ósea?
La conducción ósea se refiere al fenómeno por el que las ondas sonoras llegan al oído interno a través de los huesos del cráneo. Esto ocurre, por ejemplo, cuando llevas tapones, que bloquean la conducción aérea del sonido pero no la conducción ósea. El cráneo es un conductor relativamente bueno del sonido, por lo que el sonido que se bloquea a través del aire aún puede llegar al conducto auditivo a través de los huesos. Ésta es una de las principales razones por las que los tapones sólo pueden proporcionar una atenuación limitada.
Ni siquiera los mejores dispositivos de protección auditiva, como los tapones de última generación, pueden detener por completo la conducción ósea del sonido. Cuando el sonido llega al oído a través de los huesos, la atenuación que pueden proporcionar los tapones suele limitarse a un máximo de unos 33 dB. Esto significa que, incluso en entornos muy ruidosos, la atenuación que pueden proporcionar los tapones no supera este límite.
¿Por qué 33 dB es el Límite?
El límite de atenuación de 33 dB tiene que ver con las propiedades físicas del sonido y cómo lo procesa nuestro cuerpo. Las ondas sonoras son vibraciones en el aire, y cuando estas vibraciones del aire llegan al canal auditivo, los tapones pueden bloquearlas parcialmente. Pero cuando el sonido llega al oído a través de los huesos del cráneo, es más difícil bloquear estas vibraciones, porque los huesos son buenos conductores del sonido.
La conducción ósea garantiza que el sonido siga conservando parte de su potencia incluso cuando se atenúa la conducción aérea. Esto explica por qué los tapones pueden ser eficaces en entornos ruidosos en algunos casos, pero su eficacia está limitada por la forma en que el sonido se conduce a través de los huesos.
Orejeras: Una mejor protección
Como los tapones tienen un límite en la cantidad de sonido que pueden atenuar, puede ser necesario llevar orejeras para obtener una protección adicional, sobre todo en entornos con niveles de ruido extremadamente altos. Las orejeras pueden bloquear el sonido tanto por conducción aérea como por conducción ósea, por lo que a menudo son más eficaces que los tapones en determinadas situaciones. Ofrecen una protección más amplia contra el ruido, lo que es crucial en entornos laborales donde los niveles de ruido suelen superar los 85 dB.
Las orejeras actúan envolviendo completamente los oídos, ayudando a aislar mejor el sonido. Esto es especialmente útil en situaciones en las que los tapones por sí solos no proporcionan suficiente protección. Además, las orejeras pueden llevarse en combinación con tapones para obtener una atenuación y protección adicionales, sobre todo en entornos industriales o durante conciertos.
¿Qué significa esto para la protección auditiva?
La limitación de 33 dB de atenuación en los tapones para los oídos subraya la importancia de elegir la protección auditiva adecuada para cada situación. Los tapones pueden ser una buena elección para niveles de ruido moderados, pero para entornos más extremos, como aviones, conciertos u obras de construcción, las orejeras pueden proporcionarte la protección adicional que necesitas.
Además, es importante comprender que los tapones auditivos no sólo bloquean las ondas sonoras en el aire, sino que también dependen de la conducción ósea del sonido. Por tanto, es importante que elijas tu protección auditiva en función del tipo de sonido al que estés expuesto y del nivel de ruido de ese entorno.
Conclusión
La razón por la que los tapones atenúan un máximo de 33 dB es la combinación de la conducción aérea y la conducción ósea del sonido. A pesar de que los tapones pueden ser muy eficaces para reducir los sonidos conducidos por el aire, no pueden bloquear completamente la conducción ósea, lo que da como resultado un límite de unos 33 dB. En entornos ruidosos en los que se necesita una mayor protección, las orejeras pueden ser una mejor elección, ya que pueden bloquear tanto la conducción aérea como la ósea del sonido. Es importante elegir siempre la protección auditiva adecuada, en función de las condiciones de ruido y del nivel de protección que necesites.