Como padre, lo único que quieres es proteger a tu hijo. De caídas, resfriados y… ruidos fuertes. Porque aunque los daños auditivos suelen asociarse a conciertos o ruidos de fábrica, son los oídos jóvenes los que son especialmente vulnerables. Y sonidos que aún son perfectamente tolerables para nosotros ya pueden ser perjudiciales para un niño.
En este blog, explicamos por qué la audición de los niños es más sensible, qué situaciones plantean riesgos y -lo más importante- cómo proteger adecuadamente los oídos de los más pequeños.
¿Por qué es tan vulnerable la audición de los niños?
Los niños nacen con un sistema auditivo completo, pero aún no totalmente desarrollado. El tímpano y los huesecillos son más finos y sensibles que los de los adultos. Esto significa que los ruidos fuertes pueden dañar a los niños más rápidamente. Además, los niños suelen ser menos conscientes de los niveles de sonido. Se limitan a seguir jugando junto a un altavoz, mientras que tú ya te tapas automáticamente los oídos.
Los daños auditivos a una edad temprana suelen ser permanentes. Una vez dañados, los cilios del oído interno no se recuperan. Y eso puede causar más adelante problemas de concentración, dificultades de aprendizaje y torpeza social.
Ruidos fuertes: ¿qué hay que tener en cuenta?
Puede que no pienses inmediatamente en la protección auditiva cuando vas a una fiesta o a pasar el día fuera. Sin embargo, hay muchas situaciones en las que el nivel de ruido pasa desapercibido. Piensa en ello:
- Actos infantiles con música o fuegos artificiales
- Recintos feriales y parques de atracciones
- Eventos deportivos en un estadio
- Fiestas de cumpleaños con música alta o gritos
- Festivales de música a los que van los niños
- Procesiones o desfiles de San Nicolás con sirenas
- Fuegos artificiales en Nochevieja
- Obras o reformas en casa
- Uso de altavoces o auriculares
¿Sabías que un ruido superior a 85 decibelios ya puede causar daños auditivos con una exposición prolongada? ¿Y que un estallido de fuegos artificiales puede alcanzar los 150 decibelios, equivalentes a los de un avión de combate a corta distancia?
¿Cómo sabes si el sonido es demasiado alto?
Una pauta útil: si tenéis que gritar para entenderos a un metro de distancia, es demasiado alto. Y si tú, como adulto, lo percibes como ruido, puedes suponer que es aún más perjudicial para un niño.
Observa también signos en tu hijo, como:
- Quejarse de un chirrido o ruido en el oído
- Cogerse las manos delante de las orejas
- Comportamiento sobreexcitado o cansado tras una situación ruidosa
- Problemas de habla o comprensión
Protección auditiva para niños: estas son tus opciones
Afortunadamente, existen soluciones buenas y adaptadas a los niños para proteger los oídos de los más pequeños. Las formas más comunes de protección auditiva para niños son:
1. Orejeras
Las orejeras son ideales para festivales, acontecimientos deportivos, espectáculos pirotécnicos o renovaciones. Sellan bien, son cómodas y están especialmente diseñadas para las orejeras de los niños. Incluso hay modelos para bebés de 3 meses. Amortiguan considerablemente el ruido, pero te permiten oír lo suficiente para que tu hijo se sienta seguro.
2. Tapones a medida
Para niños mayores los tapones a medida son una opción excelente. Se adaptan al oído de tu hijo y ofrecen el mejor ajuste, así como reducción del ruido. Son ideales para los niños que están expuestos regularmente al ruido, por ejemplo en las clases de música o en un aula muy concurrida.
3. Tapones universales para niños
Una alternativa más barata y práctica son tapones universales para niños. Son reutilizables, se adaptan cómodamente y son perfectos para un uso ocasional, como durante una fiesta de cumpleaños con mucha música. Al comprarlos, presta atención al nivel de atenuación (valor SNR) y a si son adecuados para los oídos de los niños.
4. Protección auditiva con diseños lúdicos
Es más probable que los niños lleven protección auditiva si parece divertida. Afortunadamente, las orejeras y los tapones vienen en colores brillantes, con estampados chulos o incluso con animales. Haz que la elección conjunta de las protecciones auditivas sea un momento divertido: así es más probable que tu hijo se las ponga.
¿Qué puedes hacer tú mismo?
Además de la protección auditiva, hay algunas cosas sencillas que puedes hacer como padre:
- Proporciona distancia: Mantén a tu hijo alejado de altavoces, generadores o fuegos artificiales.
- Elige momentos tranquilos: En un festival o evento, por ejemplo, siéntate un poco más lejos del escenario.
- Limita el tiempo de pantalla y de escucha con sonido: Presta atención al volumen con las tabletas, los auriculares y las videoconsolas.
- Enseña a tu hijo a escuchar conscientemente: Explícale por qué algunos sonidos son perjudiciales y cómo pueden proteger sus oídos.
- Haz preguntas: Después de un día ajetreado, pregunta a tu hijo cómo se siente. ¿Había demasiado ruido? ¿Eran cómodos los auriculares?
¿Y con agua?
Los problemas de oído también pueden deberse a la presencia de agua en los oídos. Los niños con tubos, eczema o un tímpano sensible corren especial riesgo. En estos casos tapones de natación a medida o tapones de natación universales son también una forma de protección auditiva, específicamente contra el agua. También puedes encargarlos en colores vivos y con divertidos adornos, tan cómodos como seguros.
Resumen
La audición de los niños es tan valiosa como vulnerable. Y aunque no puedes evitar todos los ruidos fuertes, puedes hacer mucho para prevenir daños. Desde las orejeras y los tapones aptos para niños hasta la concienciación y el comportamiento inteligente, cada paso cuenta.
Protege las orejas jóvenes: deberían durar toda la vida.
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