Oorbellen bij baby's

Pendientes en bebés: ¿crees que se puede hacer o no?

Es un tema que casi siempre suscita reacciones: los pendientes en los bebés. A algunos les parece bonito y una tradición inocente, mientras que a otros les parece innecesario e incluso un poco patético. En algunos países, es bastante normal que los bebés lleven pendientes ya en sus primeros meses de vida, mientras que en otras culturas ocurre más tarde, o no ocurre en absoluto. Pero, en realidad, ¿qué hay de los pros y los contras? ¿Y qué dice la profesión médica al respecto? Es hora de examinar este tema desde todos los ángulos.

El significado cultural y personal

En muchas culturas, poner pendientes a los bebés es una tradición que ha durado generaciones. En España, Italia y partes de Sudamérica, por ejemplo, es muy habitual que las niñas reciban pendientes justo después de nacer. Allí, a menudo se considera parte de la identidad o un signo de amor y cariño.

En Holanda es menos frecuente, pero no raro. A algunos padres les parece bonito, lo ven como una costumbre familiar o quieren que su hijo no tenga que recordar más tarde qué se siente al tener agujeros perforados. Porque sí, con un bebé, lo más probable es que luego no recuerde conscientemente que se ha puesto los pendientes.

¿Qué dicen los médicos y especialistas?

Desde el punto de vista médico, no hay prohibiciones estrictas de poner pendientes a los bebés, siempre que se haga de forma higiénica y segura. Aun así, muchos médicos prefieren esperar a que el niño tenga edad suficiente para decidir por sí mismo. Al fin y al cabo, un bebé no tiene opinión sobre las joyas, y algunos padres piensan que eso es exactamente lo que hay que esperar.

También existe un pequeño riesgo de infecciones, reacciones alérgicas o desgarro del lóbulo de la oreja. Los bebés tienen la piel sensible, lo que puede hacer que reaccionen más rápidamente a determinados metales. Por eso siempre se recomienda elegir materiales hipoalergénicos, como el acero quirúrgico, el titanio o el oro de 14 quilates.

El lado práctico

Como padre, tienes que prestar mucha atención a los cuidados después de ponerle los pendientes. Eso significa limpiarlos a diario, girar el pendiente y asegurarte de que tu bebé no tira del lóbulo de la oreja. Esto puede ser un reto, ya que los bebés descubren el mundo con sus manitas, y a veces con firmes tirones.

También es aconsejable llevar los pendientes continuamente durante al menos seis semanas después de la perforación o el disparo, para permitir que el agujero cicatrice adecuadamente. Durante este periodo, es muy importante que tu hijo no se ponga en una situación en la que se enganche con los pendientes.

El argumento del dolor

Un contraargumento habitual es que ponerse pendientes es doloroso, y que es injusto exponer a un bebé a ello sin necesidad. El dolor en sí sólo dura poco tiempo, pero para algunos sigue siendo una cuestión de principios: si algo es puramente decorativo, ¿por qué dejar que un bebé se haga un piercing?

Por otra parte, los defensores afirman que un bebé olvida la experiencia más rápidamente que un niño mayor. Mientras que un niño de seis años a veces puede estar nervioso durante días antes de ponerse los pendientes, un bebé no tiene ni idea de lo que va a ocurrir ni ningún recuerdo a largo plazo del acontecimiento.

Alergias y elección de materiales

Un punto importante a tener en cuenta es la probabilidad de reacciones alérgicas. Por ejemplo, algunos niños reaccionan fuertemente al níquel, que puede causar enrojecimiento, hinchazón y picor. Por tanto, es importante elegir pendientes de material hipoalergénico desde el principio. El acero quirúrgico, el titanio y el oro son opciones populares.

Asegúrate también de que el cierre es seguro. Un cierre demasiado flojo puede hacer que el pendiente se caiga y acabe en la boca de tu bebé, con el consiguiente riesgo de asfixia. Un cierre demasiado apretado puede provocar irritaciones en la piel.

Higiene y cuidados posteriores

Quien decida poner pendientes a un bebé debe prestar especial atención a la higiene. Elige un joyero o perforador de confianza que trabaje con material estéril. Tras la colocación, es importante limpiar las orejas a diario con un líquido antiséptico especial y girar el pendiente suavemente para evitar que se atasque.

También debes tener cuidado al bañarte o nadar. Aunque los bebés no suelen entrar todavía en el agua clorada, el agua sucia puede provocar una infección si el orificio aún no se ha curado del todo.

Consideraciones emocionales y éticas

Para muchos padres, la discusión gira no sólo en torno a argumentos médicos o prácticos, sino también éticos. Como padre, ¿puedes decidir que tu hijo lleve joyas cuando él mismo aún no lo entiende?

Los defensores dicen: los padres toman constantemente decisiones en nombre de su hijo -desde la ropa hasta la comida- y los pendientes son sólo una parte de ello. Los que se oponen, por el contrario, dicen: las joyas no son una necesidad, así que deja que el niño elija por sí mismo cuando sea mayor.

El factor moda

Algunos padres piensan que los pendientes quedan preciosos en los bebés. Unos pequeños botones o púas pueden dar un aspecto muy mono. Esto también se ve en la fotografía de bebés: son populares las fotos de recién nacidos con pendientes sutiles.

Otros, por el contrario, lo encuentran molesto e innecesariamente «adulto" para un bebé. Así que es cuestión de gustos, y los gustos son simplemente personales.

¿Y si luego te arrepientes?

Una ventaja práctica es que los agujeros del lóbulo de la oreja suelen volver a cerrarse cuando dejas de llevar pendientes, sobre todo si te los pusieron a una edad temprana. No obstante, a veces queda visible una pequeña cicatriz. Por eso, los padres que tienen dudas suelen preferir esperar a que su hijo les pida pendientes.

Consejos si decides ponerle pendientes a tu bebé

  • Elige siempre un joyero o perforador reconocido que tenga experiencia con bebés
  • Elige un material hipoalergénico como el acero quirúrgico, el titanio o el oro de 14 quilates
  • Garantiza un cierre seguro que no pueda soltarse
  • Limpia los oídos a diario con un líquido antiséptico
  • Gira el pendiente suavemente para evitar que se enganche
  • Evita nadar hasta que el agujero esté completamente curado
  • Presta atención a los signos de enrojecimiento, hinchazón o pus: esto puede indicar infección

En conclusión

Los pendientes en los bebés siguen siendo un tema sobre el que las opiniones están muy divididas. Mientras que algunos lo ven como una bonita tradición o un bonito adorno, otros lo consideran innecesario o incluso inapropiado. No hay una respuesta universal correcta o incorrecta: en última instancia, es una elección personal de los padres, siempre que se haga de forma segura e higiénica.

Estés a favor o en contra, una cosa es cierta: es un tema que siempre suscita conversaciones. Y quizá eso sea lo bonito: que sigamos hablando entre nosotros sobre lo que creemos que es importante para nuestros hijos. ¿Tú qué opinas? ¡Háznoslo saber en los comentarios!

author-sign