Las infecciones de oído son frecuentes en los niños pequeños. Esto se debe a la anatomía de sus oídos. La trompa de Eustaquio, que conecta el oído medio con la faringe, es más corta y estrecha en los niños que en los adultos. Como consecuencia, las bacterias y los virus pueden entrar más fácilmente en el oído y causar inflamación. Además, los niños tienen un sistema inmunitario menos desarrollado, lo que les hace más susceptibles a las infecciones.
Infecciones de oído repetidas: ¿cuándo debes preocuparte?
Si tu hijo tiene una infección de oído de vez en cuando, es molesto pero no suele ser motivo de preocupación. Sin embargo, si las infecciones de oído se repiten (más de tres veces en seis meses o cuatro veces en un año), puede indicar un problema subyacente. Las infecciones de oído recurrentes pueden provocar pérdida de audición, retrasos en el habla y el lenguaje y problemas crónicos del oído medio. Por tanto, es importante actuar a tiempo.
Síntomas de la infección de oído en los niños
Reconocer una infección de oído en los niños es a veces complicado, sobre todo en los niños pequeños que aún no son capaces de indicar claramente lo que les molesta. Presta atención a los siguientes síntomas:
- Dolor de oído o tirones en la oreja
- Fiebre
- Irritabilidad y comportamiento lloroso
- Dificultad para dormir
- Deterioro de la audición o de la reacción a los sonidos
- Goteo del oído (sale líquido o pus del oído)
¿Qué puedes hacer en casa con una infección de oído?
Hay varias formas de ayudar a tu hijo con una infección de oído en casa:
- Analgesia: administra paracetamol o ibuprofeno según la dosis recomendada para reducir el dolor y la fiebre.
- Calor: Una compresa caliente contra el oído puede proporcionar alivio.
- Descanso e hidratación suficientes: Asegúrate de que tu hijo bebe lo suficiente y descansa bien.
- Gotas nasales o aerosol nasal: Si la causa es un resfriado, las gotas nasales pueden ayudar a mantener abierta la trompa de Eustaquio.
¿Cuándo acudir al médico de cabecera?
Aunque muchas infecciones de oído desaparecen por sí solas, es importante consultar a un médico en las siguientes situaciones:
- La infección de oído persiste más de tres días.
- Tu hijo tiene fiebre alta (más de 39 °C) o parece muy enfermo.
- Sale pus o sangre del oído.
- Tu hijo tiene infecciones de oído repetidas.
- Hay pérdida de audición o problemas de equilibrio.
Posibles tratamientos médicos
Si un niño sufre con frecuencia infecciones de oído, el médico de cabecera o el otorrinolaringólogo pueden considerar varios tratamientos:
- Antibióticos: sólo si la infección es grave o no desaparece por sí sola.
- Tubos timpánicos: pequeños tubos colocados en el tímpano para ayudar a drenar el líquido del oído medio y prevenir la inflamación.
- Extirpación de adenoides: A veces, una amígdala nasal agrandada (adenoide) puede contribuir a las infecciones de oído recurrentes, y su extirpación puede ofrecer alivio.
¿Qué puedes hacer para prevenir las infecciones de oído?
Aunque las infecciones de oído no siempre se pueden prevenir, puedes tomar algunas medidas para reducir las probabilidades:
- Lavarse las manos: Esto ayuda a reducir los virus y las bacterias.
- Lactancia: La lactancia puede ayudar a reforzar el sistema inmunitario.
- Hogar sin humo: La exposición al humo del tabaco aumenta el riesgo de infecciones de oído.
- No le des el biberón en posición tumbada: Evita que la leche entre en la trompa de Eustaquio dejando que tu hijo beba en posición erguida.
- Vacunas: Vacuna a tu hijo contra el neumococo y la gripe para reducir las infecciones.
¿Cómo afrontas el impacto en la audición?
Si tu hijo ha tenido infecciones de oído repetidas, es aconsejable que le hagan pruebas de audición. La pérdida temporal de audición puede afectar al desarrollo del habla y del lenguaje. En algunos casos, un audiólogo (¡eso somos nosotros!) o un otorrinolaringólogo pueden dar consejos adicionales sobre la mejor forma de proteger y apoyar la audición de tu hijo.
Resumen
Las infecciones de oído recurrentes en los niños son molestas y pueden causar problemas a largo plazo. Afortunadamente, hay muchas formas de tratarlas y prevenirlas. Vigila de cerca los síntomas y llama al médico a tiempo si las infecciones de oído reaparecen. Con el enfoque adecuado, ¡tu hijo puede volver pronto a estar libre de síntomas!